¿Una nueva trama de India para asesinar a un líder de la minoría sij en Norteamérica? Tras el atentado mortal contra un dirigente separatista de esta religión en Canadá en junio, Washington declara que “toma muy en serio” las informaciones sobre un complot para matar a otro representante independentista en suelo estadounidense. También asegura que ha planteado sus preocupaciones a la India “al más alto nivel”.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, ha indicado en un comunicado que Nueva Delhi ha negado cualquier implicación en los supuestos planes, que salen a la luz dos meses después de que Canadá acusara al Gobierno indio en septiembre de estar detrás del asesinato del líder independentista Hardeep Singh Nijjar, tiroteado en junio en Vancouver. “El Gobierno indio investiga este asunto y tendremos más cosas que decir en los próximos días. Hemos transmitido nuestras expectativas de que cualquier persona a la que se considere responsable tendrá que responder de sus actos”, ha puntualizado Watson.
Según el Consejo de Seguridad Nacional, India ha asegurado que “ese tipo de actividades no está incluida en su política” y los altos cargos a los que se transmitieron los temores estadounidenses expresaron “sorpresa y preocupación”.
El objetivo de la trama, según ha publicado el periódico Financial Times, era Gurpatwant Singh Pannun, ciudadano canadiense-estadounidense y asesor legal de Sikhs for Justice (Sijs por la Justicia), un grupo con base en EE UU que defiende la creación del Jalistán, un Estado independiente para esa minoría. El diario asegura que Washington protestó ante Nueva Delhi, ante la preocupación de que el Gobierno estuviera implicado en la trama, después de la visita de Estado del primer ministro indio, Narendra Modi, recibido en junio por Biden con todos los honores.
No está claro si la protesta estadounidense llevó a desistir o si el FBI intervino para desarticular un complot que ya en marcha. Pero el plan de asesinato finalmente no tuvo éxito. “Estados Unidos informó a varios aliados sobre la trama después del asesinato de Nijjar” y de que Canadá hiciera públicas sus acusaciones contra Nueva Delhi, indica el FT. Ambos casos “suscitaron entre los aliados preocupación sobre una posible pauta de comportamiento” por parte de India. El Gobierno de Modi considera “absurdas” las denuncias de Ottawa, a raíz de las cuales estalló una crisis diplomática entre los dos países.
Además de la advertencia diplomática a Nueva Delhi, los fiscales federales estadounidenses han presentado cargos en un juzgado de Nueva York, bajo secreto de sumario, contra al menos uno de los supuestos participantes en el complot, agrega el diario. El Departamento de Justicia debate si levantar el secreto de sumario y publicar las acusaciones o esperar a que Canadá concluya su investigación sobre la muerte de Nijjar.
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Contactado por el FT, Pannun no quiso confirmar si las autoridades estadounidenses le habían advertido de los planes para atentar contra él. “La amenaza contra un ciudadano estadounidense en suelo estadounidense es un desafío a la soberanía estadounidense, y confío en que la Administración Biden es más que capaz de hacer frente a ese tipo de desafíos”.
India, miembro de la asociación informal de seguridad en Indo-Pacífico conocida como Quad y a la que también pertenecen EE UU, Japón y Australia, está considerada por Washington un socio clave en su estrategia para contener el auge de China. Estados Unidos ha llevado a cabo importantes esfuerzos por cortejar a Nueva Delhi, evidenciados con la visita de Modi de junio, a pesar de la preocupación en torno al respeto de los derechos humanos, la violencia nacionalista contra las minorías religiosas y étnicas y el retroceso de la salud democrática en el país asiático.
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