La dimisión del primer ministro portugués, António Costa, eclipsó cualquier otra polémica política anterior, pero algunas están rebrotando en los últimos días, como la suscitada por el privilegiado acceso a un costoso tratamiento médico en la sanidad pública recibido en 2020 por dos niñas brasileñas con atrofia muscular espinal, una grave enfermedad rara de origen genético que impide el desarrollo muscular y que puede provocar la muerte en los primeros años de vida. La controversia afecta al papel que había tenido en esto el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, así como altos cargos del Ministerio de Sanidad, entonces en manos de Marta Temido. El asunto se destapó en un programa de la cadena de televisión TVI, que aludía a un supuesto enchufe del jefe del Estado para acelerar el tratamiento de las gemelas con Zolgensma, considerado uno de los medicamentos más caros del mundo. Se administra una única dosis, que cuesta dos millones de euros.
La Fiscalía abrió la semana pasada un proceso para investigar lo ocurrido, aunque no va dirigido contra nadie en concreto. También el hospital y la inspección sanitaria están examinando la tramitación del expediente que culminó en la dispensación del fármaco a las bebés en junio de 2020, a pesar de que el equipo de neuropediatría del hospital Santa María de Lisboa había emitido un informe en contra. Si finalmente los fiscales consideran que Rebelo de Sousa debe ser investigado en concreto, tendrán que trasladar su petición a la Asamblea de la República, donde tiene que ser aprobada por un mínimo de dos tercios de los diputados.
El presidente portugués dio en la tarde del lunes explicaciones detalladas sobre su intervención, que ampliaban y matizaban algunas de sus declaraciones anteriores en las que había dicho que no recordaba haber hablado con su hijo, Nuno Rebelo de Sousa, sobre el caso. El lunes afirmó que había recibido un correo electrónico de su hijo, que vivía en São Paulo (Brasil), donde le informaba de la petición del tratamiento de las gemelas en la sanidad pública lusa. “Me decía que un grupo de amigos de la familia de las gemelas estaban intentando que fuesen tratadas en Portugal y que ya habían contactado con el hospital Doña Estefanía, que les había remitido al Santa María. Habían enviado la documentación para el hospital de Santa María y no tenían respuesta. Mi hijo preguntaba si se podía saber la respuesta”, indicó Marcelo Rebelo de Sousa, que asegura que remitió el correo a su Casa Civil, al igual que en todos los casos de petición de ayuda que recibe.
Esto generaría una comunicación entre Nuno Rebelo de Sousa y el jefe de la Casa Civil y la asesora de Asuntos Sociales, que contactó con el hospital. En uno de los correos, le indican que el Servicio Nacional de Salud cubre en primer lugar a los portugueses nacidos en el país y que no era previsible que la familia brasileña fuese incluida. El expediente fue enviado desde la Presidencia de la República al jefe de gabinete de António Costa, Vítor Escária, que luego sería detenido en la Operación Influencer, que desencadenó la dimisión del primer ministro y la convocatoria de elecciones anticipadas el 10 de marzo.
Lo cierto es que las niñas obtuvieron la nacionalidad portuguesa en 14 días y el acceso al tratamiento en el hospital Santa María. Portugal había sido uno de los primeros países en autorizar la administración del Zolgensma y, según recordó en Expresso el antiguo presidente del hospital, Daniel Ferro, recibían centenares de cartas de familias de distintos países para solicitar ser tratadas con el fármaco.
Daniela Martins, madre de las gemelas enfermas, declaró a la TVI que había pedido ayuda a la esposa de Nuno Rebelo de Sousa después de ver que no lograba el acceso al tratamiento en Lisboa, como habían solicitado con anterioridad. Lo que está en cuestión ahora es si la tramitación se resolvió favorablemente y se aceleró tras ser informado el jefe del Estado. Después de recordar que recibe cartas y peticiones a diario, Rebelo de Sousa consideró que su hijo le envió el caso porque quiso “ser solidario” y que lo trató igual que a los demás. “No hay una intervención del presidente por el hecho de ser o no ser su hijo”, subrayó.
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