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Mirra Andreeva casi afianzó su adolescencia cuando en 2023 dejó 15 en el Mutua Madrid Open. Rusia, una de las raquetas más prometedoras del planeta, pasó a la cuarta ronda del torneo, donde perdió ante la siguiente campeona, la bielorrusa Aryna Sabalenka. Un año después, tras haberse incorporado una semana como profesora de Conchita Martínez, Andreeva (43ª del mundo) tenía este mes, el día de su cumpleaños número 17, un nuevo hito en su cortísima carrera al finalizar con 7-6 (2 ) y 6-4 (1h 42m) a la italiana Jasmine Paolini (13ª) por primera vez en su vida en los cuartos de final de un WTA 1000.
El tenista ruso ha desequilibrado a su rival, que se vio obligado a aguantar un balón parado en la primera parte, gracias a su solidez desde el fondo y la firmeza de sus laterales. Antes de ser castigado en el estadio Taylor Townsend (58º), en la checa Linda Noskova (31º) y, sobre todo, en un los 10 primeros, la checa Marketa Vondrousova (7ª), última victoria en Wimbledon, a quien derribó en dos mangas (7-5, 6-1, 1h 16m). A la derecha y a 1,71 metros sobre el nivel del mar, volverá a meditar en la siguiente escalera con Sabalenka, la número dos del mundo. “El año pasado no estaba mentalmente preparada para jugar contra ella, pero este año creo que puedo hacer un buen partido porque he mejorado física y mentalmente. Eso es lo que tengo que hacer para responder en situaciones difíciles”, advirtió hoy en declaraciones a los medios tras su triunfo.
La rusa tiene un talento tan precoz que se ha asentado en lo más alto del tenis cuando ni siquiera puede llegar a todos los torneos que le gustan. El reglamento de la WTA -la Asociación de Tenis Femenino, organismo rector del circuito femenino- limita los eventos a aquellos a los que pueden asistir menores de edad. La regla (llamada en inglés Regla de elegibilidad de edad) fue diseñado para evitar que los adolescentes se vean sobrecargados con mamparas y sufran demasiada sobreexposición. Con 16 años, el máximo son 12 torneos; con 17, hasta 16. En 2023, Andreeva cedió el primer cuarto de la competición y descubrió la arcilla batida, en una superficie favorecida, para su irrupción en la élite.
Su ascenso comenzó en el arco madrileño con tres victorias, uniéndose a Cici Bellis (Miami 2015) y Coco Gauff (Miami 2019) como las más jóvenes en ganar un partido en WTA 1000, pero su ascenso continuó en los torneos posteriores y ya lo sabes. Fue un triunfo en todos los Grand Slams. En Roland Garros llegó a la tercera ronda, en Wimbledon llegó a la cuarta y en el US Open cayó en la segunda. La WTA le entregó el premio a la jugadora revelación del año. En el arranque de este curso, la carrera dio un resultado formidable en el Open de Australia ante Ons Jabeur —triple finalista del Grand Slam—, y aquí cayó en solitario en 54 minutos: 6-0 y 6-2. Desde 1968, cuando nació la Era Abierta, nadie tan joven los había rematado en un gran 6-0 a un 10 mejores (Tunecine alguna vez fue el sexto en el mundo, ahora es el noveno).
Durante su actuación en el año pasado en Madrid, Andreeva expresó precisamente su admiración por Jabeur, un jugador talentoso y polivalente en estos tiempos en los que la potencia y los cañonazos son el registro mayor en el circuito. “Puedo comparar mi juego con el de Jabeur. Cambio los ritmos, consigo efectos y estoy muy cansado. Mi reverencia es mi mejor arma”, afirma el ruso, que también tiene devoción por Rafa Nadal, Andy Murray y, sobre todo, idolatra a Roger Federer. Nacida y criada en Krasnoyarsk, eligió en Cannes el mundo académico de Patrick Mouratoglou -como el ruso Daniil Medvedev o el danés Holger Rune- para despegar. Ahora ha unido fuerzas con Conchita Martínez —exnúmero dos del mundo y ganadora de Roland Garros en 2000— para mejorar la arcilla, superficie en la que la española ha triunfado como tenista y entrenadora. Cuando Conchita dirigió Garbiñe Muguruza, la hispanovenezolana conquistó la arcilla de París (2016) y la hierba de Londres (2017).
“Lo comencé donde empezamos a trabajar en el corte, porque ella lo usó muy bien, especialmente aquí en la tierra. Hemos trabajado mucho en mi corto y siento que ahora puedo usarlo, que es parte de mi juego, que lo necesito para cambiar el ritmo de los intercambios”, dijo Andreeva en Madrid a la llegada de Conchita a su equipo. El primer torneo en el que las jugadoras eran de Rouen (Francia) tuvo lugar hace dos semanas, donde Rusia perdió en el primer puesto ante la ucraniana Anhelina Kalinina (32ª).[Conchita] Me aporta mucha más positividad a mi juego ya mi cabeza. Me enseñó a encontrar la felicidad en las pequeñas cosas que hice bien en la pista. Hoy necesito mucho que aprender y mucho que mejorar en mi tenis, y estoy seguro de que hay cosas en las que ella quiere trabajar. Me estoy divirtiendo mucho y tal vez tengamos un gran futuro juntos; Veremos que todo esto funcione”, dijo.
La adolescente prodigio, que tiene un arma de tres años mayor que ella —Erika— que intenta introducir entre las mejores personas del mundo, es la más joven de los los primeros 100. Con un palmarés de precocidad y visto por muchos expertos como un potencial número uno para jugar al tenis sobre y sobre su duro físico, la carrera tendrá que afrontar todos los pronósticos que pesan sobre ella en un deporte donde el aspecto mental es fundamental para entrena en la cima y mantente. El ejemplo más reciente de la volatilidad de las nuevas figuras femeninas del circuito lo tiene en inglés Emma Raducanu, quien con 18 años ganó el US Open 2021 y hoy camina fuera de los fuegos, en el número 221 del clasificación WTA, por sus problemas para sostener la presión.
Nadal avanza en octavo lugar; Swiatek castiga a Sorribes
Rafa Nadal, que llegó a Madrid en un partido de fútbol por sus problemas físicos, venció este final de temporada al argentino Pablo Cachín (91º del mundo) en tres sets (1-6, 7-6 (5), 3-6, 3 horas y 6 minutos). El Balear prolonga su recorrido final hasta la Caja Mágica. El checo Jiri Lehecka (31º), que venció hoy al brasileño Thiago Monteiro (118º), lo espera en los octavos de final del torneo.
En el cuadro femenino, Sara Sorribes, única representante española que ganó, cayó en octavos ante Iwa Swiatek (6-1, 6-0, 1h8m), la número uno del mundo y finalista en la edición del año pasado. El jugador polaco fue castigado en español con un marcador de 12 juegos a 0 después de que Sorribes se llevara el primer juego al descanso.
Swiatek, un muro desde el fondo de la pista, no dio opción al castellonense, que en 2022 se puso en cabeza. El jugador polaco, que se enfrentará este martes en la siguiente ronda al brasileño Haddad Maia, sólo ha perdido dos partidos en los tres partidos que disputó en Madrid este año.
Asimismo, la número tres del mundo, la campeona Coco Gauff, fue superada (7-6 (4), 4-6, 6-4, 2h 31m) por su compatriota Madison Keys (20ª en el clasificación), que transcurrirá cada martes por la mañana con Ons Jabeur, ganadora del Madrid Open en 2022.
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